martes, 26 de agosto de 2014

Uso de musica e imagenes con derechos de reproduccion libre.

Los derechos e introducción en la producción televisa 

Derechos de autor, derecho de propiedad que se genera de forma automática por la creación de diversos tipos de obras y que protege los derechos e intereses de los creadores de trabajos literarios, dramáticos, musicales y artísticos, grabaciones musicales, películas, emisiones radiadas o televisadas, programas por cable o satélite y las adaptaciones tipográficas de los libros, folletos, impresos, escritos y cualesquiera otras obras de la misma naturaleza.
Una vez que un trabajo ha sido creado de una forma tangible —un libro, una pintura, un programa o una grabación de una pieza musical por ejemplo— los creadores o titulares de derechos pueden guardarse para sí mismos (o autorizar a otros) la potestad exclusiva de copiar, publicar, representar, emitir por radio o televisión, o adaptar su obra.
Derechos de representación
El derecho de copyright también protege a los artistas que representan una obra y permite a su propietario el emitirla por radio o televisión o grabar la representación, a la vez que prohibe el uso y cualquier clase de trato realizado sobre una grabación ilegal. Los derechos de representación suelen prescribir a los 50 años. Cualquiera que alquile grabaciones al público también necesita el consentimiento del autor.
INTRODUCCIÓN A LA PRODUCCIÓN TELEVISIVA
Producción televisiva, el proceso completo de creación comprende la escritura del guión, elaboración de un presupuesto, contratación de personal creativo, diseño de decorados y ensayos antes de que se comience a filmar. Tras el rodaje, el proceso de posproducción incluye la edición en vídeo, además de añadir sonido, música y efectos visuales.
Las tres formas básicas de programas televisivos son los de ficción, no ficción y programas en directo. Los programas de ficción son sobre todo series de sobremesa, comedias de situación, series dramáticas y películas para televisión, incluyendo las mini series (una película en varias partes). Los programas de no ficción más habituales son los concursos, debates, noticiarios y magazines (espacios informativos que se nutren de noticias variadas dentro de un formato que busca el entretenimiento). La televisión en directo se limita generalmente a los deportes, entregas de premios, cobertura de noticias en telediarios y algunos espacios diarios de testimonios o debates.
La mayoría de programas de televisión están producidos por compañías ajenas a la cadena que los emite, a la que venden los derechos de emisión. La cadena financia la producción vendiendo espacios publicitarios a sus espónsores.
El equipo de producción
El equipo de producción para un programa de televisión está formado por personal creativo como actores, guionistas, directores y productores, además de una plantilla técnica de operadores de cámara, electricistas y técnicos de sonido.
Toda aquella creación como guiones o música que realice el equipo artístico para un programa de televisión o similar, ha de estar controlada por producción en el sentido de poseer los derechos para su uso en la actividad planteada.
El productor ejecutivo es el responsable absoluto del proyecto y habitualmente es quien concibe la idea y se encarga de venderlo a las cadenas; debe responder del presupuesto y todo el equipo creativo, incluidos el director, guionistas y productor en línea, además de los principales protagonistas del reparto. El productor en línea, subordinado al productor ejecutivo, se encarga del plan de rodaje, presupuesto, personal y todos los aspectos logísticos de la producción.
El guionista o guionistas desarrollan los guiones de cada capítulo. A menudo trabajan durante la preproducción y los ensayos para corregir los problemas que pudieran encontrar los actores o directores o revisar el guión por problemas de presupuesto o producción.
El director, a las órdenes del productor ejecutivo, ayuda a elegir actores, localizaciones y el aspecto del diseño visual de la producción, como el vestuario. Además, el director se encarga de los movimientos de la cámara y es responsable de la interpretación de los actores. Después del rodaje edita la cinta en vídeo, a esto se le conoce como montaje del director.
Los actores trabajan bajo las órdenes del director para dar vida a un personaje. Son elegidos por el productor, la mayor parte de las veces mediante una serie de pruebas. Una vez contratados, memorizan su parte del guión y habitualmente participan en ensayos previos al rodaje o grabación del programa. La figura del presentador es propia de los programas informativos, deportivos y de debates; en algunos casos aportan comentarios en directo, otras, sobre todo en el caso de los informativos, leen los contenidos en tarjetas o en un aparato llamadoTelePrompTer, que muestra las palabras en una pantalla.
El jefe de producción es responsable de todos los elementos físicos de la producción, como el equipo, el personal o las localizaciones. Los ayudantes de dirección dependen del director y se encargan de organizar el set, los extras y cualquier otra cosa que pueda necesitar el director. El director de fotografía, que opera la cámara, se ocupa de la iluminación y el movimiento de la cámara.
El director artístico, responsable del diseño de producción, dirige el diseño, construcción y acabado de decorados y vestuario; a menudo tiene bajo su responsabilidad a maquilladores y peluqueros. El operador de cámara maneja la plataforma móvil que sujeta la cámara (dolly) y otros instrumentos de apoyo, como los soportes que se utilizan para fijar la cámara a coches o grúas.
La producción de un programa
La creación de un espectáculo televisivo comienza con la idea del programa y el desarrollo del guión. La cadena que vaya a emitirlo puede condicionar su financiación a la contratación de algún actor conocido por el público. La producción del programa se desarrolla en tres fases principales: preproducción, grabación y posproducción.
Preproducción
Se refiere a las actividades previas al rodaje, como la elaboración de un presupuesto, planificación y otros preparativos. El periodo de preproducción puede llegar a durar un mes en el caso de una película, o sólo una semana si se trata de un episodio para una comedia de situación. Las producciones más complejas, como telemaratones o ceremonias de entrega de premios en directo, pueden exigir meses de preproducción. Las tres personas claves en este proceso son el jefe de producción, el director y el director de casting. El jefe de producción debe, en primer lugar, hacer un presupuesto provisional, contratar un manager de localizaciones y jefes para los distintos departamentos. Las primeras decisiones esenciales para la producción son la localización para el rodaje y la fecha de comienzo de éste. El director revisa el guión y hace los cambios que considera necesarios, empieza el proceso de selección de actores o casting y elige a sus asistentes y operadores de cámara. Desde este momento todas las decisiones relacionadas con el reparto, personal creativo, localizaciones, horarios o componentes visuales debe contar con la aprobación del director.
El proceso de preproducción termina con una reunión final a la que asisten todos los componentes del equipo, los productores, el director y a menudo también el guionista. El equipo de preproducción, conducido por el director, revisa detalladamente cada escena del guión. Se analiza cada elemento de la producción y se responden las preguntas que puedan surgir. La duración de la reunión puede variar, según la complejidad de la producción, de dos horas a un día entero.
Uno de los elementos importantes en esta fase radica en poseer todos los derechos del material que se usará para realizar el programa en custión. De este modo guiones, textos, música elementos de atrezo, derechos imagen actores (público).... han de estar con derechos libres o cedidos para evitar problemas posteriores con sus respectivos propietarios.
Grabación
Durante la grabación se filma toda la cinta o película necesaria para el proyecto. Todos los programas de televisión se graban utilizando uno de los dos métodos básicos: la producción con una sola cámara y en película o la producción con varias cámaras y en vídeo. El método de una sola cámara se usa en la producción de películas para televisión y de la mayoría de las series dramáticas. El de cámaras múltiples es típico de las comedias de situación, programas de debate, culebrones, concursos y los magazines informativos, además de ser habitual en espacios en directo, como los acontecimientos deportivos, entregas de premios o telediarios. Algunos tipos de programa, como los de vídeos musicales o los reality shows (noticias de interés especial presentadas en un formato que tiende al espectáculo), emplean ambos métodos, el múltiple para la grabación en el estudio y el de una sola cámara para los exteriores.
El método de una sola cámara es casi idéntico al utilizado en películas teatrales. Se divide el guión en escenas y cada escena se graba desde una serie de ángulos. Se llama plano maestro o de situación al más amplio, el que incluye toda la acción. También se ruedan otros planos con tomas más cercanas de los actores, algunas veces en grupos y casi siempre una toma de cada actor solo. Esa toma puede ser un plano medio (de la cintura a los hombros), un plano medio corto (cabeza y hombros) o un primer plano (sólo la cara). Muchas veces se incluyen tomas insertadas (como el primer plano de un reloj o una pistola) o cortes (una toma del cielo, un árbol o cualquier otra cosa relacionada con la escena). El orden de grabación de las escenas no se corresponde con el de la progresión de la historia, sino que se organiza según su conveniencia, para hacer la producción más eficiente. La película se monta durante la posproducción.
El método de varias cámaras es más adecuado para grabar en estudio. Se colocan tres o cuatro cámaras de vídeo alrededor de la acción que tiene lugar en el decorado y las escenas se graban en secuencia. Cada operador trabaja según una lista de posiciones de la cámara y encuadres. Todas las cámaras juntas cubren los ángulos necesarios para la escena.
Gracias a los auriculares, el director se comunica con el equipo de cámaras para ordenar ajustes durante el rodaje e indicar al director técnico que cámara utilizar en cada momento. El director técnico se asegura de que la toma quede grabada en una cinta máster. El resultado es un programa completo, que ya sólo necesita efectos de sonido, música, efectos ópticos y títulos sobreimpresionados.
Que es creative commons
Creative Commons (CC) (en español equivaldría a: “[Bienes] Comunes Creativos”) es una organización sin ánimo de lucro, cuya oficina central está ubicada en la ciudad de Mountain View, en el estado de California, en los Estados Unidos de América, que permite usar y compartir tanto la creatividad como el conocimiento a través de una serie de instrumentos jurídicos de carácter gratuito.
Que problemas pretende resolver creative commons
El derecho de autor es una forma de propiedad intelectual que reconoce en los autores dos categorías de derechos diferenciadas: (i) los derechos morales; y, (ii) los derechos patrimoniales. Los primeros son irrenunciables, inalienables, imprescriptibles mientras que los segundos no tienen estas restricciones. Sin embargo, la cesión o renuncia de los derechos patrimoniales debe ser expresa y claramente determinada, esto es, no puede presumirse que se haya autorizado determinados actos salvo que expresamente conste de esa forma.
No es un secreto que el derecho de autor recibe críticas importantes: desde aquellas que cuestionan su extensión temporal o estructural hasta las que sostienen que la titularidad reconocida legalmente a los autores no debería existir. Aunque comparto parcialmente las primeras y discrepo enfáticamente de las segundas, creo que las licencias Creative Commons aciertan en reconocer la libertad de los autores de gestionar sus propias facultades y fracasan ante la imposibilidad legal de resolver un problema ligado a los caracteres del derecho moral reconocido a los autores.
Pero vayamos por partes. Creative Commons es una organización no lucrativa –cuyo pionero es el profesorLawrence Lessig- que pretende dotar a los autores de la facilidad para auto-regular el set de facultades que legalmente se les reconoce. De esta forma, las licencias Creative Commons tienen la virtud que permiten a los autores controlar los términos en los que pondrán a disposición del público sus obras. Por ejemplo, una obra puede divulgarse bajo la única condición que se reconozca la autoría correspondiente. Otra obra puede divulgarse pero con la condición que el uso que se haga de la obra no tenga naturaleza comercial. Las diversas opciones para la auto-gestión de los derechos de los autores se traducen en una diversa oferta de licencias Creative Commons.
En otras palabras, las licencias Creative Commons tienen la virtud que permiten al autor elegir diversas combinaciones de facultades comprendidas en su titularidad sobre una obra determinada. El autor decide que usos permite y que facultades retiene. En lo que se refiere al aspecto patrimonial del derecho de autor, las facultades en cabeza del titular se eligen “a la carta”, esto es, el titular opta por el set de derechos que mejor le conviene. Nos parece que la lógica de las licencias Creative Commons facilita la elección de una gama de facultades de forma generalizada sin que sea necesaria una determinación expresa, en cada caso, de las facultades que retiene el titular del derecho.
Sin embargo, las licencias Creative Commons se quedan cortas en lo referido a los derechos morales. Dado que estos derechos no pueden ser cedidos o no puede renunciarse a ellos por disposición expresa de la ley, estas licencias no permiten auto-gestionar las facultades de orden moral. Esto, a nuestro juicio, relativiza considerablemente el impacto positivo atribuible a las licencias dado que éstas deben desenvolverse conforme a lo dispuesto imperativamente en el ordenamiento jurídico.
Ojo: el sistema de licencias Creative Commons no puede ser asociado a la idea de un mundo sin derechos o a una postura abolicionista de la propiedad intelectual, en general, o del derecho de autor, en particular. El valor de este sistema es que, sobre la base de los derechos de propiedad intelectual, se reconoce en el autor o en el titular de los derechos, la libertad de auto determinar qué facultades quiere retener con alcance general.
A nuestro juicio, sin embargo, el sistema de licencias Creative Commons se queda a medio camino porque no puede ir contra la norma. Nosotros somos firmes convencidos que el derecho de autor es importante para fomentar el desarrollo de la creatividad. Somos enfáticos en expresar nuestro escepticismo con respecto al argumento que sostiene que antes de la existencia del derecho de autor hubo obras que no necesitaron del incentivo que pretende generarse. Cierto es que hubo un tiempo sin derecho y con obras, también es cierto que con el paso de los años, determinadas industrias en las que la innovación es especialmente costosa, requieren una solución a un problema de imperfecta apropiabilidad.
Habiendo hecho esa precisión, creemos que no tiene sentido alguno que el ordenamiento jurídico obligue a los autores a retener facultades de orden moral. Esto que debe ser modificado para preservar verdaderamente el derecho de los autores a decidir, no es ni puede ser solucionado mediante el sistema Creative Commons. El sistema Creative Commons se encuentra orientado a permitir que los titulares puedan gestionar su propiedad intelectual (patrimonial) de forma más amigable con el dominio público. Pero este sistema se apoya en el derecho de propiedad intelectual. No se cuestiona que el titular tenga determinadas facultades, se permite que ese titulardecida que facultades retener y cuáles ceder.
Creo que debemos valorar la alternativa del Sistema Creative Commons por lo que es: una interesantísima y valiosa propuesta orientada a permitir que, sobre la base del sistema tradicional de propiedad intelectual, se facilite la adopción de prácticas orientadas a la transmisión de conocimientos sin barreras. En otras palabras, no parece pretender una misión subversiva contra el sistema sino generar la opción para que los titulares, sobre la base del sistema, re-configuren su propio set de facultades, en lo posible, en beneficio de la libre transmisión de la información y conocimiento.
No obstante, insistimos que esta propuesta no puede ser entendida como una afrenta al derecho de propiedad intelectual. El derecho de propiedad intelectual reconoce ciertas facultades de orden patrimonial que pueden ser cedidas por los titulares. Lo que hace Creative Commons es reducir los costos de transacción derivados de la renuncia a ciertas facultades. No afecta en nada los derechos morales y eso, a nuestro juicio, es un serio límite a su alcance. Los derechos morales deben existir pero los autores deben ser libres de determinar qué les conviene y qué no. Nada de eso puede ser interpretado o asociado a las críticas sobre la existencia misma del sistema de propiedad intelectual: no las apoyamos porque, en general, parten de un incompleto conocimiento de las normas y funciones del sistema de propiedad intelectual, así como de los problemas reales que la propiedad intelectual pretende solucionar.
A quien sirve o representa creative 
Creative Commons sirve al interés público en lo que se refiere al intercambio libre de expresión, conocimiento y arte. Ayudaremos a las personas que quieran poner sus obras bajo una licencia en términos generosos o que deseen que se hagan usos creativos de esas obras, y a las personas que se beneficien de esta simbosis. Esperamos que con el uso de estas herramientas ganen profesores, estudiosos, científicos, escritores, fotógrafos, productores de películas, músicos, diseñadores gráficos, aficionados de la web, así como oyentes, lectores y espectadores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario